martes, mayo 26, 2009

La Ruta del Loncco

La ONG El Taller con la idea de promover el desarrollo turístico del corredor sur oriental de Arequipa, que comprende siete distritos tradicionales, a través de la denominada Ruta del Loncco, donde se puede apreciar gran cantidad de paisajes, casonas y templos coloniales, y degustar una rica gastronomía. La mencionada ONG presentó el libro titulado “La Ruta del Loncco. Raíces del hombre arequipeño”, que promociona esta zona no conocida ni explotada aún turísticamente. Jorge Bedregal La Vera, historiador y autor del libro, sostuvo que el documento pretende revalorar zonas consideradas como los últimos reductos paisajistas que existen en la Ciudad Blanca, por la andenería que existe en los distritos ubicados a lo largo de la Ruta del Loncco. “Su paisaje se complementa con las casonas y templos que existen en los distritos ubicados a lo largo de la ruta y su comida típica”, señaló.

La Ruta del Loncco comprende los distritos de Sabandía, Characato, Quequeña, Yarabamba, Polobaya, Mollebaya y Pocsi, jurisdicciones cuya gente aún mantiene las tradiciones arequipeñas, destacó. En estos pueblos se puede encontrar a pobladores que cocinan a leña comidas típicas que ya no se encuentran en la ciudad, además de una amplia campiña, tradiciones religiosas y culturales que aún permanecen vivas, subrayó. Comentó que esta zona cuenta con los atractivos turísticos necesarios para ser considerada por las agencias de turismo, pero agregó que aún falta promocionarla, adecuar la vía y poner en valor muchos de sus atractivos. (Andina).

El "loncco" es un personaje indispensable de la cultura arequipeña, las raíces de lo arequipeño. De hablar cantarin, mezclando quechuismos y arcaismos; típicos chacareros recios, herederos de una antigua tradición agrícola que tiene como eje la presencia de los andenes y que en esta ruta se pueden apreciar en toda su magnitud.

Les dejo unos videos de la ruta, aunque el Loncco de la introducción tenga mas un acento altiplánico, se cultiva aún el poema loncco en estas tierras.

sábado, mayo 23, 2009

No hay casos de gripe AH1N1 en Arequipa y Cajamarca tras exámenes


Arequipa (Peru.com).- Las autoridades del sector Salud de los departamentos de Arequipa y Cajamarca, al sur y norte de Lima, respectivamente, descartaron la presencia de pacientes con sospecha de influenza AH1N1 en dichas jurisdicciones.

A través de un boletín, la gerencia regional de Salud de Arequipa aclaró que hasta el momento sólo hubo un caso positivo: el estadounidense de 39 años que finalmente superó la enfermedad y fue dado de alta.

La institución precisó que luego de ello se examinó a cuatro personas que viajaron cerca de él en el avión, desestimando que presenten dicho mal. También fue evaluada la empleada doméstica, obteniendo los mismos resultados.

Sobre la joven de 19 años reportada como caso sospechoso por algunos medios de prensa, el gerente regional de Salud, Miguel Alayza, dijo que ella sólo tiene influenza común y que no tuvo contacto previo con ningún infectado.

Remarcó que en Arequipa se ha desplegado un trabajo acucioso para descartar posibles casos. Refirió, además, que cuentan con cuatro mil 700 comprimidos del retroviral Oseltamivir, que será distribuido gratuitamente en los casos necesarios.

Por su parte, el director del Hospital Regional de Cajamarca, Julio Bardales, descartó que un turista canadiense y un peruano que regresó recientemente de vacaciones de República Dominicana tuvieran gripe AH1N1.

Tras las pruebas realizadas en el nosocomio y con las muestras enviadas a Lima, ambos casos fueron desestimados y se concluyó que se trataba de un resfriado común.

"El ciudadano canadiense ingresó al hospital con síntomas de resfrío, dolor de garganta, catarro y temperatura alta. Se le hizo las pruebas y las muestras fueron enviadas a Lima a través de la Dirección Regional de Salud, confirmando que se trataba de un simple resfriado", precisó.

En el caso del peruano -cuya identidad también se mantiene en reserva–, éste llegó a Cajamarca por motivo de trabajo. El último miércoles ingresó al nosocomio, practicándosele el mismo procedimiento que al canadiense.

Agregó que la mayoría de pacientes atendidos con estos síntomas tiene gripe estacionaria, debido al cambio de clima y la baja temperatura que se registra en esta época.

Recomendó a la población tomar medidas como abrigarse en la vivienda, evitar exponerse a las corrientes de aire, salir bien abrigado, beber limonada o naranjada que contiene vitaminas A y C, y si presenta tos usar un pañuelo para evitar contagiar al resto.

viernes, mayo 15, 2009

Un paso culinario por Arequipa

Hay muchas razones para elogiar a Arequipa. Por su mar y sus montañas, conectados por una buena carretera, pero sobre todo por un sentimiento de orgullos de identidad. También por sus diversos climas y geografías, que ofrecen una riqueza agrícola variada y digna de ser exportada. Por sus ríos donde crecen los mas ricos camarones, y por sus mares fríos, que atesoran especies muy valoradas internacionalmente como los erizos y los locos.

Por sus uvas, como las del Valle de Majes, y sus piscos de calidad insuperable; por sus bellas campiñas, fuente de inspiración de la música y el arte popular; por sus valles volcánicos, por sus iglesias hechas de sillar y sus conventos centenarios que evocan un pasado de esplendor. Por sus gentes pletóricas de carácter e identificación con los suyo. Y por su gastronomía, llena de contrastes, reflejo elocuente de todo lo anterior: Esta posee una estructura digna de ser llamada una gran cocina, en donde entradas, sopas y guisos conviven con frituras, caldos y asados. Si podemos hablar de una cocina regional que domine y abarque todos las técnicas, esa es la cocina arequipeña. Tiene ensaladas y platos fríos como el Solterito, la ensalada del Perú; la Ocopa -salsa pariente de la huancaína-; las Sarsas de patitas; las machas y las lapas, por citar algunas.

La cocina arequipeña posee platos absolutamente inéditos como el sivinche de camarones, suerte de tartare de camarones con especies locales, o los Celadores de camarones, Cebiche tibio hecho en coral y cabezas de camarones incluidos.

Además, tiene todo un mundo de sopas comandados por el archifamoso Chupe de camarones, seguido por una sopa distinta para cada día ; el Chaqué de tripas, el Chairo, el Caldo blanco, el Timpo de rabos y muchas otras. Es dueña de uno de los más importantes guisos peruanos, el Adobo de cerdo, hecho con chicha, rocoto y cebollas, que suele comerse los fines de semana en el desayuno y es considerado el mejor remedio para la noche pasadas de copas. Pero eso no es todo, posee esta cocina, platos de horno únicos como el Rocoto relleno de carne o su versión contemporánea rellena de camarones. En la Ciudad Blanca son maestros en el arte de cocinar el cuy crocante; en embellecer los simple con dos o tres gestos como el Escribano de papa humilde, rocoto, vinagre y aceite; y son apasionados consumidores de interiores. Gustan del cordero en su versión costillar asado a la parrilla, hacen uso de los lácteos sin vergüenza ni miedo en platos tan imponentes como el Cauche de queso o su versión actual con colas de camarones y, finalmente , han hecho del Queso helado, simple y cremoso, el mejor de sus dulces inventos.

Todo este repertorio se cocina y consume en las casas arequipeñas, pero también, por supuesto, en los lugares que los arequipeños inventaron para disfrutarlos: las picanterías.

En los distritos de Yanahuara o Sachaca, el aventurero podrá descubrir picanterías notables como La Lucila y su especialidad, la Ocopa a batán; La Cau Cau y sus Celadores de camarones; La Nueva Palomino y su emblemático rocoto relleno y por supuesto, muchas otras pequeñas picanterías y fondas donde se cultiva con pasión esta gran cocina.

También podrá descubrir restaurantes como Tradición Arequipeña, Sol de Mayo o La Cantarilla, donde se hace una gastronomía de gran nivel y, por supuesto. Está el mercado de Arequipa(San Camilo). En el que encontrará los mejores ingredientes arequipeños y podrá comerse unos sánguches de jamón casero con los diversos panes de la región, comprar un queso típico, mermeladas caseras, yogures naturales. Para finalmente acudir a la fábricade chocolates La Ibérica. Si le quedan fuerzas, dé una vuelta por Camaná y descubra lo que es hacer del camarón un objeto de culto; pare en El Chuncho, a mitad de camino, y empáchese de chicharrón de camarones hechos y comidos con cabeza y demás. Compre pisco en sus valles, y aceite de oliva y aceitunas en Yauca; pregunte qué pasó con las machas otrora abundantes en la zona y descubra la sensualidad de un Cebiche de erizos recién extraídos de su caparazón. Porque eso es Arequipa, una región donde su gente se siente parte de un proyecto. Se sabe arequipeña estando en la costa o en las montañas, se siente orgullosa de lo que tiene, lo consume, lo cultiva y lo enseña. Es esa su mayor virtud: saber valorar su entorno, y por ello su gastronomía es famosa entre los peruanos. Por ser rica, pero, sobre todo. Porque tiene al mejor propagandista: El pueblo de Arequipa.

Fuente: Comida del Sur de Gastón Acurio, Editorial el Comercio Año 2006

martes, mayo 12, 2009

Los Tambos de Arequipa

Tambo "La Cabezona"-Nocturno de los Hermanos Vargas, 1920's




Nota : Este artículo ha sido tomado del excelente blog Cantera de Sonidos de Marcela Cornejo D.


Arequipa, soleada lejanía del alma, aldea de la ternura;
tu nombre lo escribe un vuelo tendido de golondrinas
Tus árboles envejecidos lejanos se mecen en mi cariño
y toda mi pena callada se va alegre a repartirse
en las alas de tus pájaros

(...)
Arequipa, te recuerdo callado, triste como tus tardes;
pero así me quedo con los ojos abrazados a tus crepúsculos
y mascando una rama de tu cielo

Ausencia de Arequipa- Guillermo Mercado


Hasta hace unas décadas, existía en la región surandina el comercio a lomo de nobles animales como llamas, mulas o caballos (en las zonas rurales persiste aún; el año 2003 pude ver llameros indígenas en Pampacolca, provincia de Castilla, cerca al pueblo de mi madre -Tipan-). Llameros, muleros o arrieros, eran personajes ineludibles en la vida cotidiana de las personas, pues traían preciadas mercancías para intercambiarlas con los productos locales. De vida singular, se trasladaban en solitarios y largos viajes que cubrían distancias insospechadas, tanto hacia la costa como hacia la región surandina (llegando hasta el NOA argentino). Los comerciantes llegaban expectantes a las posadas, en busca de alimento, abrigo y compañía (como es de suponer, principalmente compañía femenina). En Arequipa estas posadas tomaron el nombre de "tambos", castellanización del término quechua "tampu", que designaba a las construcciones estatales del inca, situadas a lo largo de Qhapaq Ñan (estos tampus servían como centros de almacenamiento y redistribución de bienes, principalmente alimentos y tejidos).

En Arequipa el tambo prehispánico más conocido era el “Tambillo”, ubicado en el valle de Siguas sobre el camino que cruzaba el desierto. Cuando llegaron los españoles en 1540, lo continuaron utilizando. Desde entonces el arrieraje ha durado más de 350 años en Arequipa, y hoy en día hay aún fuertes huellas de su existencia.

Después de su fundación hispana, la ciudad de Arequipa vió aparecer pronto sus propios tambos, instalados en las márgenes de la ciudad; son de los más antiguos los de Antiquilla y Beaterio, que se instalaron en la rivera opuesta del río Chili. Cuando se construyó el Viejo Puente, hoy llamado Puente Bolognesi, para comunicar la ciudad con las campiñas (como Cayma y Yanahuara), los tambos se fueron instalando en torno a él, más cerca del centro de la ciudad. Las paradas previas de los viajeros estaban tanto en el desierto de Vítor como el valle del Colca (tierra de collaguas).

La mayoría de tambos data del siglo XVIII. Al inicio fueron construcciones precarias: pequeñas habitaciones en torno a grandes patios donde se descargaban los animales y se guardaban las mercaderías, amén de amplios corrales para guardar llamas y mulas. Pasando el tiempo, para acceder se franqueaba un gran portón y un zaguán abovedado, las habitaciones mejoraron con bóvedas de sillar, recias puertas de sauce, postigos de hierro forjado y a veces, pequeñas ventanas.

Era cuestión de tiempo para que aparecieran diferentes negocios y talleres de artesanos (sastres, zapateros, herreros, talabarteros, armeros, constructores de guitarras y charangos, etc.) ofreciendo servicios complementarios. Aurelio Miro Quesada, en su libro Historia y leyenda de Mariano Melgar 1790-1815 (Lima: Fondo Editorial UNMSM, 1998) cita a Juan Domingo Zamácola y Jáuregui, (Apuntes para la historia de Arequipa. Arequipa: Primer Festival del Libro Arequipeño, 1958, pág. 30) acerca del comercio en la Blanca Ciudad:

Al lado de la agricultura, la otra base económica de Arequipa la constituían la industria y el comercio, si no verdaderamente intensos, por lo menos asentados en la realidad y afortunadamente diversificados. De especial importancia era lo relacionado con el transporte, que alcanzaba una proporción muy alta, con un crecido número de arrieros que facilitaban la entrada y salida de mercaderías y servían como un medio de comunicación irremplazable. De la sierra o la costa, de las tierras lejanas o los valles fecundos o vecinos, por el camino "a la mar" o el "del volcán", llegaban barras de plata, telas, libros, vinos, alimentos, que entre la algarabía de las recuas y el animado pregón de los arrieros daban a la ciudad un vistoso carácter de centro de relación y de intercambio de mercaderías y de ideas. Entre la industria textil, de lienzos de algodón, bayetas, paños y frazadas, y la curtiembre de pieles, que proveía de vaquetas, cordobanes, gamuzas, pergaminos, la actividad comercial era abundante. Había numerosos zapateros, "oficiales de albañilería, carpinteros, escultores, alfareros, herreros, sastres, sombrereros, tintoreros, doradores, pintores al temple" y hasta oficiales de relojería

Hoy en día aún tenemos en el Puente Bolognesi varios de estos tradicionales negocios. Estos comerciantes fueron el complemento de los tambos y sus futuros moradores. Desde mediados del siglo XIX la ciudad fue ofreciendo mejores servicios en hoteles cerca al mercado San Camilo, por lo que los tambos fueron siendo ocupados como viviendas permanentes por los artesanos y comerciantes. Así surge una modalidad arequipeña del vecindario popular, del lar de la clase artesana y obrera: patios comunes, macetas con flores y hierbas frescas para la comida, batanes, caños, lavaderos, tendales y baños comunes... y claro, hartas historias y chisme. La frecuente ausencia de ventanas, se compensaba dejando las recias puertas abiertas, con un biombo que dejaba un metro o metro y medio entre el dintel y el espacio interior; solían verse macetas de flores y un banquito para sentarse un rato a ver afuera, ir escogiendo el arroz, pelando las papas o las habas para el chairo, la timpusca o el chaque, o simplemente conversar.

Quién de los/as arequipeños/as no hemos tenido entrañables amigos/as o familiares que vivían en estos tambos, o no hemos ido a la humilde costurera, o la verdulera, que complementaba su precaria economía con estos negocios, sea en sus habitaciones o en las afueras de los tambos. Muchas veces las personas de clase media y alta veían con distancia y reticencia este mundo de gente sencilla, en su gran mayoría honesta, que se ganaba el sustento con sus manos.

Principales tambos (datos de la Oficina Técnica del Centro Histórico de Arequipa, a 2004)

Declarados monumentos históricos:
  • Tambo de Bronce. Barrio El Solar, calle Puente Bolognesi 333 . Actualmente son propietarios de este monumento 21 familias que lo usan para vivienda y algunos para negocio. Se ha concluido el proyecto de restauración.
  • Tambo del Matadero. Calle El Solar 419, barrio del mismo nombre. Funcionaba como camal, de allí el nombre. En la actualidad habitan en él 35 familias. Se ha concluido el proyecto de restauración
  • Tambo Ruelas. alles Beaterio 157-159 y Recoleta 100, es probable que exista desde el año 1700. Su característica singular es la superposición de estilos que presenta: colonial, republicano y contemporáneo y es el único que conserva su autenticidad y carácter.
  • Tambo de la Cabezona en la calle Puente Bolognesi. El mayor y más bello tambo. Se está haciendo el levantamiento y relevamiento familiar. Es el segundo en tamaño.
  • Tambo de la Ranchería en la calle Octavio Muñoz Nájar. Actualmente desocupado y en proceso de habilitación de centro comercial).
  • Tambo de los Jesuitas en la calle Palacio Viejo. Actualmente funciona como comisaría de la PNP.
En proceso de ser declarados monumentos:

En la calle Puente Bolognesi existen tambos menores, que están en proceso dedeclaración como:
  • Tambo Las Carmelitas, vivienda tugurizada 10 familias.
  • Tambo Negrón, vivienda tugurizada, 6 familias.
  • Tambo Flores, conservado y reciclado para uso comercial.
  • Tambo Salas, en la calle Beaterio. Está en abandono y desocupado.
  • En la parte posterior del Mercado San Camilo a inicios del siglo XX se edificó un gran hospedaje de sillar que muchos años después se tugurizó, es la famosa Casa Rosada.
  • En el Barrio del Solar, en la calle Moral se construyó un gran complejo para obreros, es el llamado “Castillo del Diablo”, el mayor tugurio de Arequipa.
Cabe mencionar otros tambos históricos como: Tambo Morte Musca, Tambo de Santiago, Tambo de la Quiteña, Tambo de Barreda, Tambo del Buque, Tambo de la Palla, Tambo de Gutiérrez, Tambo de la Ranchería de la calle Octavio Muñoz Nájar (recientemente demolido).

Nuestros tambos poseen un valor histórico y monumental único, nos trasladan a esa Arequipa de veras, de fuertes aires hispano-medievales, austeros, recios y bellos al mismo tiempo, pero también con el sello popular, del artesano y el comerciante criollo, indígena y mestizo, que bien hacía maravillas con sus manos, bien nos traía desde lejos la (deliciosísisma) chalona de lengua (de carnero), o los quesos de Pampacolca o de Paria... Vivencias que palpamos en nuestra infancia, y que nos han marcado para siempre. No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos...

Los tambos son parte esencial de una forma muy particular de vivir el mundo, por ello, enhorabuena por los proyectos de restauración que hacen justicia a nuestra bella de propios y extraños, Arequipa, Patrimonio Cultural de la Humanidad.




























miércoles, mayo 06, 2009

CANTO A AREQUIPA


En la quietud denegrida de una lenta madrugada,
el estanque de ojos verdes guiña su verde mirada...
Los prados entumecidos soñando están. Amanece,
y un jazminero que sueña desde su sueño florece.
Sopla el gallo entre las sombras su destemplada corneta
rajando el cristal del viento con estrepitosa grieta.
El campanario, a lo lejos, parece un fantasma blanco
arropado en la neblina que sube desde el barranco.
La carcajada de un pavo contesta al mugir de un toro,
y en la crencha de una loma clava el Sol su peine de oro.

Despierta la tierra púber con morosidades de hembra,
toda gloriosa de trinos, haciendo estallar la siembra.
La alfalfa de tonos glaucos descubre un mar que va lejos,
luciendo locos regatos de fugitivos espejos.
Partido en dos está el valle por inmenso escalofrío
que le produjo hace tiempo la puñalada del río...
El Chachani de anchas faldas y el Misti de belfos rotos
guardan cautelosamente los futuros terremotos.

Bajo la luz turbulenta de un estío paisajista,
el cielo curva fastuoso su cúpula de amatista...
No fue leyenda el pasado de este subsuelo volcánico:
su historia es como una bala llena de pólvora y pánico.
Aquí se hicieron cañones del metal de las campanas,
para encauzar los desbordes de lavas republicanas.
Aquí las turbas pasaron por las calles, vocingleras,
haciendo escombros las casas para parar las trincheras.
Aquí doctores serenos, con un lenguaje bizarro,
dictaron leyes sapientes y prepararon motines;
aquí nació el hombre de oro: don Javier Luna Pizarro;
aquí nacieron los Quimper, los Pacheco y los Martínez...

Aquí nacieron los hombres de pensamiento y acción,
los que en la trágica lucha supieron vencer y amar;
aquí están los santos manes de García Calderón;
aquí está la Patria Libre que hizo un trovero: ¡Melgar!
Aquí los frailes humildes dieron ciencia y dieron luz,
ardiendo en cívicas ansias que les encendió las sienes;
por eso el Deán Valdivia me parece un arcabuz
y un Ateneo el cerebro del mendicante Calienes...
Aquí está la gran pradera, la almáciga de hombres sabios,
el numen de la República y el fósforo vivero;
aquí lactaron su ciencia los enardecidos labios
de dos hombres de la idea: Garaycochea y Rivero...

Aquí en los dias caóticos de la hegemonía hispana,
junto a las hogueras áulicas se alzó el criollo penacho,
siendo un racimo de truenos la Academia Lauretana
y un relámpago inquietante la figura de Corbacho.
También Bolívar, el Genio, pisó esta tierra violenta;
y para invitar al baile que las abuelas le dieron,
con pedazos de quincalla, Ibáñez hizo una imprenta...
Tal es la historia sucinta de aquellos tiempos que fueron.
El Sol que lento ascendía, se ha puesto en el meridiano;
parece un tesoro inmenso que está cerca de la mano.
Muerden el perfil del monte rebaños de nubes plomas
y tijereteando el viento pasa un vuelo de palomas...
Para mí la Patria cierta, de las futuras hazañas,
está en este cofre verde que vigilan las montañas.

Aquí, respirando ancestro, se forjó mi loco empeño;
yo no he nacido peruano; yo he nacido arequipeño.
Mi cuna es este recinto de guerreros y poetas
que supieron tener juntas la lira y las bayonetas.
Esta es la entraña fecunda que está gestando ¡Cuidado!
El Porvenir que ya nace es hijo de un gran pasado...

Loca de Sol y de ensueño, mi tierra es mística y brava;
tan libre como tan bella que a todo amor se anticipa;
tiene migaja de huerta; tiene su sangre de lava;
y se perfuma la boca cuando se dice ¡Arequipa!

Manuel A. Rodriguez
 
Free counter and web stats Peru Blogs BlogsPeru.com Add to Technorati Favorites clinica estetica